Se proyecta una residencia con 120 plazas para residentes con necesidad de asistencia y con 20-30 plazas en las que se prestará un servicio de estancias diurnas.
Los desafíos del proyecto
En un edificio destinado a residencia de mayores, la vigilancia y control de los residentes y la reducción de los recorridos, tanto para facilitar dicha vigilancia como para adaptarse a la movilidad reducida de la mayoría de sus ocupantes, son aspectos fundamentales.
Estas condicionantes de partida conducirían en principio, a un edificio compacto en el que las habitaciones se ordenan alrededor y equidistantes de un núcleo central donde se ubicaran los servicios de todo tipo.