En cuanto al nivel y tipo de confort coherente con la función de residencia permanente del Centro, creemos que debe de tener como elementos básico, previo a otros aspectos de diseño, la adecuación de los espacios interiores a dichos usos con la amplitud y luminosidad necesarias para que no se produzca en ningún caso sensación de confinamiento.
Un primer elemento que posibilita la flexibilidad a la que hemos hecho referencia antes, es el tamaño de las habitaciones y su diseño, adaptado en todos los casos para minusvalías que exijan silla de ruedas.
Pensadas en principio todas las habitaciones, como dobles, su superficie superior a los 24 m2, posibilita la ubicación holgada de dos camas y la movilidad dentro de la misma con silla de ruedas lo que permite atender a los cambios más comunes en las situaciones personales o familiares específicas, sin tener que mudar al residente de habitación.
El segundo elemento de posible flexibilidad es la modulación de los núcleos de habitaciones para permitir distintas alternativas con mínimas reformas constructivas en función de las necesidades del Centro.